Caso del Mes SLARP – Mayo 2024

Autores:

Elazir Di Puglia, Tatiana Fazecas
Hospital Municipal Jesus
Rio de Janeiro, Brasil

Email de contacto: tatifazecas@hotmail.com

Los autores autorizan la publicación de este caso clínico en Sociedad Latinoamericana de Radiología Pediátrica.

1. BREVE HISTORIA CLÍNICA

Un bebé nacido a término, por lo demás normal, nació con congestión nasal. Luego de la observación el paciente fue dado alta. Tres semanas después, el bebé reingresó con cianosis peroral, dificultades con la alimentación y dificultad respiratoria progresiva. A la exploración física se encuentra polipnéico con tiraje subcostal e intercostal y aleteo nasal.

Buen murmullo vesicular bilateral con ruidos transmitidos de vías altas. Resto de la exploración, sin hallazgos patológicos.

El recién nacido, con la sospecha de obstrucción de la vía aérea, se realizó una tomografía computarizada de cráneo.

Tomografía computarizada de cráneo:

2. ¿cUÁL ES EL DIAGNÓSTICO MÁS PROBABLE?

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Tomografía computadorizada con ventana de los tejidos blandos mostraba masa quística y lobulada de baja densidad bilateral, desde el canto interno de la órbita hasta la región inferior de la fosa nasal, compatible con obstrucción congénito del ducto nasolacrimal y formación de mucoceles.

3. Breve resumen

La obstrucción del ducto nasolagrimal es la anomalía lacrimal más común en bebés y niños. La obstrucción es unilateral en el 90% de los casos y no hay diferencia de sexo. Los signos de obstrucción del ducto nasolagrimal son generalmente oftalmológicos con epífora, secreción cantal medial y conjuntiva.

La ocurrencia bilateral, como en nuestro caso, es aún más inusual. No es inesperado que la dificultad respiratoria empeora entre la primera y la tercera semana después del nacimiento. La producción de la lágrima es máxima entre 7 y 10 días después del parto y sólo después de este tiempo la acumulación de lágrimas comenzaría a distender el conducto no permeable. Además, hay secreción intraluminal de moco que distiende aún más el conducto. Sin embargo, lo más importante es la absoluta necesidad de que no haya descompresión natural a través de los puntos lagrimales. El resultado es la formación de un mucocele que comienza a llenar las cavidades nasales. Por esto, al nacer los pacientes pasaron cateteres transanasales el recién nacido, sin evidencia de dificultad respiratoria. Después de una evaluación posterior, generalmente ocurre incapacidad de para pasar cateteres transnasales y problemas respiratorios muy importantes, con dificultad respiratoria.

Los pacientes con su ocurrencia bilateral deben tener como diagnósticos diferenciales atresia de coanas, dacriocistitis o masa nasal (encefalocele, gliomas y hemangiomas) y estenosis en la apertura piriforme.

4. Bibliografía:

1- Berkowitz, R.G., Grundfast, K.M. and Fitz, C., Nasal obstruction of the newborn revisited: clinical and subclinical manifestations of congenital nasolacrimal duct obstruction presenting as a nasal mass. Otolaryngol. Head Neck Surg., 103 (1990) 468-471.

2- Mazzara CA, Respler DS, Jahn AF. Neonatal respiratory distress: sequela of bilateral nasolacrimal duct obstruction. Int J Pediatr Otorhinolaryngol. 1993Jan; 25(1-3): 209-16.

3- Mills D & Meyer D. Acquired Nasolacrimal Duct Obstruction. Otolaryngol Clin North Am. 2006;39(5):979-99.

4- Raslan OA, Ozturk A, Pham N, Chang J, Strong EB, Bobinski M. A Comprehensive Review of Cross-Sectional Imaging of the Nasolacrimal Drainage Apparatus: What Radiologists Need to Know. AJR Am J Roentgenol. 2019 Dec;213(6):1331-1340.

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